Es un ecosistema muy complejo, compuesto por un conjunto de microorganismos (bacterias, hongos y virus) que reside en la superficie de nuestra piel, y formado por miles de especies.
Nos aporta nutrientes y vitaminas, y evita que entren a nuestro cuerpo microorganismos patógenos, manteniendo el equilibrio natural de la piel. Es lo que llamamos microbiota de la piel y es único para cada persona.
En 2008, el Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos (NIH) lanzó el Proyecto Microbioma Humano (PMH), con el objetivo de caracterizar la microbiota humana y analizar su implicación en la salud y enfermedades de la especie humana.
Debido al impulso del Proyecto Microbioma Humano (PMH) el estudio de la microbiota de la piel es una de las áreas de investigación más novedosas en dermatología y cosmética.
Una microbiota equilibrada es necesaria para que la piel desarrolle su función correctamente.
Los estímulos externos (sol, frio, polución, etc.) y los internos (estrés, dietas, etc.) influyen en la microbiota y pueden alterarla, además de dañar la barrera natural de la piel.
Estudios recientes, demuestran la importancia de mantener una microbiota equilibrada y que no domine una especie sobre las demás. Cuando se interrumpe este equilibrio, la función de la piel es menos efectiva y puede causar signos visibles de sensibilidad de la piel desde rojeces hasta atopia o envejecimiento prematuro.
Las últimas investigaciones han demostrado que los prebióticos ayudan a restaurar el balance del ecosistema de la piel. Actúan como supernutrientes (superfoods) y ayudan al crecimiento de los microorganismos beneficiosos en detrimento de las bacterias nocivas.
La gama rosa Linatox® prebióticos está formulada con activos prebióticos que cuidan tu microbiota, mejoran el estado de la piel, ralentizan el envejecimiento y proporcionan efecto detoxificante: